Por Clínica Universidad de Navarra
13 julio,
2016
Lo más importante
Es como un dolor que va desde los pies a cabeza, un
síndrome desconocido pero frecuente.
Está acompañada de otros síntomas, como trastornos
del sueño, depresión, ansiedad...
Como un dolor que va desde los pies a cabeza. Así
lo describen las personas que padecen fibromialgia, un
síndrome desconocido pero frecuente, que en España padecen hasta un 4,2% de las
mujeres.
La fibromialgia es una enfermedad crónica y
compleja, con dolores generalizados por todo el cuerpo y un agotamiento
profundo. Además, está acompañada de otros síntomas, como por ejemplo,
trastornos del sueño, depresión, ansiedad, cefalea, sequedad de mucosas, etc.
“Se trata de una enfermedad real, que repercute
seriamente en la calidad de vida del enfermo, aunque hasta ahora estaba
infradiagnosticada e infratratada", asegura el Dr. Enrique Ornilla,
responsable del Servicio de Reumatología de la Clínica
Universidad de Navarra.
Se han descrito casos de fibromialgia que comienzan
después de procesos puntuales, como puede ser una infección bacteriana o viral,
un accidente de automóvil, la separación matrimonial, un problema con los
hijos...
En otros casos aparece después de que otra
enfermedad limite la calidad de vida del enfermo (artritis reumatoide, lupus
eritematoso...). “Estos agentes desencadenantes no parecen causar la
enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla. Aunque aún no
se sabe con certeza, es posible que una respuesta anormal a los factores que
producen estrés desempeñe un papel muy importante en esta enfermedad”, explica.
El diagnóstico de fibromialgia se realiza
en aquellos pacientes con un cuadro de dolor osteomuscular generalizado de
varios meses de evolución en los que se han excluido otras posibles causas del
mismo. No hay un tratamiento estándar y éste debe adecuarse a las
características del paciente. Además, dado que se afectan muchas facetas de la
vida del paciente, es imprescindible realizar un tratamiento multidisciplinar.
Es conveniente procurar un cambio de mentalidad,
tanto en el enfermo como en los que le rodean, buscando un ambiente familiar
relajado y libre de exigencias constantes. Además, hay que evitar los
factores que agravan los síntomas adecuando los hábitos de vida y costumbres a
las limitaciones que puedan producir el dolor y el cansancio.
Así, de todas las medidas que se han empleado en
el tratamiento de la fibromialgia, el ejercicio físico y una adecuada
fortaleza muscular son, sin duda, las más eficaces. Los masajes, los ejercicios
de estiramiento muscular, el calor local y algunos tipos de electroterapia
("corrientes"), también pueden ser muy útiles. Aun así, existen
diferentes tratamientos que mejoran los síntomas, como inyecciones,
calmantes, analgésicos, anestésicos locales, entre otros muchos.
“El futuro del tratamiento de esta enfermedad es
esperanzador, ya que las investigaciones sobre fibromialgia están progresando
con rapidez. Es cuestión de tiempo que estos adelantos se traduzcan en
tratamientos más eficaces", concluye.
Hoy 13 de julio conmemoramos la memoria de la Santísima Madre de Jesús, María bajo el nombre de la Virgen Rosa Mística. Ella, como la Madre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado, es la garantía de nuestra esperanza en el afrontamiento de la fibromialgia y de tantas enfermedades caracterizadas por el dolor.
Ella se apareció en Montichiari, Diócesis de Breschia, al norte de Italia, desde el año 1947, a Pierina Gilli (1911), enfermera. La Virgen María se le apareció en una sala del hospital. Tenía el pecho atravezada por tres espadas y decía: "Oración, Penitencia, Reparación". El domingo 13 de junio de 1947 se apareció nuevamente en el hospital, vestía de blanco y en lugar de las tres espadas, tres rosas:blanca, roja y dorada, adornaban su pecho. Ella dijo a Pierina: "Soy la Madre de Jesús y Madre de todos ustedes". Deseo que el 13 de cada mes se me consagre como dia mariano, en ese día derramaré sobreabundancia de gracias y santidad sobre quienes así me hubieran honrado. Deseo que el 13 de julio de cada año sea dedicado en honor de "Rosa Mística", es decir, "Rosa Misteriosa". Las tres rosas significan: la blanca simboliza el espíritu de oración; la roja, la reparación y sacrificio; la dorada o amarilla, el espíritu de penitencia. A un niño atacado de parálisis infantil, la Virgen de le apareció y quedó instantáneamente curado. Él decía: "Yo vi a la Señora en la Iglesia y, ella me sonreía". Una joven de 26 años, que tenía una grave tuberculosis, ella acudió a la Virgen y quedó instantaneamente sana, recuperó la voz e ingresó posteriormente en un convento de religiosas, y así incontables milagros.
Acudamos con confianza a Nuestra Madre, María, la Rosa Mística y que interceda por todos los enfermos, profesionales de la salud, familiares, voluntarios, para que no perdamos la esperanza y podamos afrontar con fortaleza nuestra enfermedad, con espiritualidad, resiliencia y, luchar por una mejor calidad de vida.