martes, 5 de marzo de 2013

LA FIBROMIALGIA Y LA MEDICINA BIOLÓGICA (II)

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OPINION
Gustavo Adolfo Guacaneme González
Dentro del cuadro clínico de la fibromialgia el elemento que mas la caracteriza es el dolor musculoesquelético el cual es difuso y generalizado y se puede acompañar de rigidez prominente que puede comprometer al menos 3 sitios anatómicos por un periodo mayor de 3 meses.  
Dicho dolor suele ser intenso y en muchas ocasiones al paciente le es difícil describirlo y adicionalmente se puede agravar con el frío, el ejercicio físico intenso y con el estrés emocional. Los sitios más frecuentes donde se localizan estos dolores son principalmente: región lumbar o espalda baja, cuello, tórax y muslos.
La mayoría de los pacientes refieren esta alteración de los músculos como un calambre muscular doloroso que en muchos casos puede estar asociado a un espasmo muscular localizado.
El sueño no reparador, ligero e inestable es otro síntoma importante que se puede asociar a debilitamiento intenso que puede ser hasta incapacitante con alteraciones del ritmo intestinal, rigidez en las extremidades superiores e inferiores y episodios depresivos acompañadas de crisis de ansiedad, abundantes pesadillas que generan a su vez gran cantidad de descargas dolorosas en los músculos durante el sueño.
La fatiga que se presenta en los pacientes con fibromialgia es extrema y está presente en todas las actividades cotidianas y lógicamente estas se van a ver inevitablemente dificultadas generando una discapacidad de grado variable que limita sus tareas en el ámbito familiar como en el profesional. Recordemos que al no haber sueño reparador se impedirá el adecuado descanso y el cansancio y la fatiga se acentuarán en el futuro.
Otros síntomas adicionales pueden incluir incontinencia urinaria, dolor de cabeza, migraña, movimiento anormales en las extremidades, dificultada para la concentración y para recordar eventos, aumento de la sensibilidad táctil, escozor generalizado, resequedad en los ojos y boca, zumbidos en los oídos, alteraciones de la visión y algunos síntomas neurológicos de incoordinación motora.
Dada la naturaleza de la fibromialgia, no existen pruebas de laboratorio disponibles para realizar el diagnóstico de la misma, de hecho los resultados de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares son normales así que su diagnostico es clínico y se establece por exclusión de otras patologías y por la presencia de síntomas y signos característicos.
Ahora bien, en el campo de la medicina biológica encontramos un arsenal terapéutico para el manejo de la fibromialgia con excelentes resultados no solo a nivel físico de la enfermedad si también a nivel emocional mejorado así de manera notable las condiciones de vida del paciente y por ende de su familia y personas que lo rodea.
En la experiencia personal hemos observado grandes resultados a través de la aplicación del ozono por diferentes vías, también lo es la utilización de la famosa terapia neural, la colocación de campos magnéticos pulsantes, la administración de productos homeopáticos por vía oral o parenteral, así como lo es la de minerales y oligoelementos en asociación con complejos vitamínicos. Todas estas terapias de manera individual o en conjunto van a brindar la posibilidad de cambiar la evolución de una enfermedad tan controvertida como lo es la fibromialgia.
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