Ene 12, 2018
Pablo Álamo
palamo@invivus.es
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Educación corporativa
Fuente: diario 5 días
Paz y bendiciones mis queridos lectores de
Fibromyrian. Me emociona mucho empezar a transitar juntos este nuevo año 2018,
con la esperanza puesta en que será un gran año para todos. Y para lograrlo, se
hace necesario fijarnos objetivos concretos; saber qué es lo queremos lograr,
cómo alcanzar, qué decisiones tomar, qué arriesgar y qué descartar. Como bien
lo diría Albert Einstein “si buscas
resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
Es por ello que quise compartir con ustedes el
presente artículo del coach Pablo Álamo, que encontré en las páginas digitales
del diario 5 días y me pareció muy oportuno para tenerlo en cuenta en este
inicio de año, y aunque él lo remarca que las tres primeras semanas del año son
claves para fijar nuevos objetivos y tomar mejores decisiones, sin embargo,
estas estrategias no tienen fecha de vencimiento.
A continuación parte del artículo mencionado, esperando
sea del agrado de ustedes, y que puedan ponerlas en práctica
"Las tres
primeras semanas del año determinan en gran parte las posibilidades de cambiar
y progresar. El coach Pablo Álamo, PhD en Economía y Empresa y socio de
Invivus Consulting, recomienda 10 preguntas increíblemente poderosas que pueden
hacer la diferencia. Los lectores de 5días que hagan la tarea de contestarlas,
si lo desean, recibirán una respuesta, un consejo personalizado para hacer del
2018 un año extraordinario. Muchos años dedicado al desarrollo personal y
directivo dejan algunas enseñanzas. Una de ellas es que la gente no consigue
sus objetivos –la mayoría de las veces- por la existencia de bloqueos
inconscientes. Con más frecuencia de lo que pensamos, nuestra vida no es otra
cosa que una titánica lucha entre la identidad y el falso yo (el ego), entre la
autenticidad y las apariencias, entre la felicidad y el autosabotaje.
Buen momento
suele ser el principio de un nuevo año para hacerse algunas preguntas
fundamentales.
La finalidad de cuestionarse es la de ayudarnos a
estar más cerca de nuestras metas o, al menos, en el camino de alcanzarlas.
Decía Albert Einstein que “lo importante es no dejar
de hacerse preguntas” de la manera adecuada.
“En verdad no puedes crecer y desarrollarte si sabes
las respuestas antes que las preguntas”, decía Wayne Dyer.
Es
decir, debemos hacernos preguntas con la sencillez de un niño que enfrenta
una realidad por primera vez, dejando a un lado, por un momento, nuestras
creencias y juicios que inevitablemente nos genera la experiencia.
Pablo Álamo
En este momento privilegiado del año, en un contexto general de mayor descanso y menor estrés, invito a los lectores a responder con honestidad y sencillez las siguientes preguntas para hacer del 2018 el mejor año de nuestra vida:
¿Sabes lo que
quieres hacer y lograr en los próximos doce meses, que sea diferente a otros
años?
¿Qué le falta a
tu vida para que sea más equilibrada o “perfecta”?
¿Has elegido y
decidido al lado de qué personas quieres estar, o unirte, porque se han ganado
el privilegio de tenerte en sus vidas?
¿Cuánto dinero
quieres ganar este año, para qué y para quién?
¿Qué clase de
emociones quieres sentir este año y qué personas provocan estas emociones?
¿Qué tipo de
emociones tóxicas no quieres volver a sentir y qué
personas
originan esas emociones que tu identidad rechaza?
¿Qué relaciones
(socios, familiares y amigos) quieres conservar y cuidar y qué conexiones
necesitas cortar?
¿Qué miedos tienes
y cuál de ellos vas a enfrentar este año?
Qué espacio vas
a dar a la espiritualidad? Hay muchas formas de vivir la dimensión espiritual
pero tres son particularmente importantes: el agradecimiento, el perdón y el
servicio. En consecuencia, la anterior pregunta se puede transformar en esta
otra: ¿A quién voy a perdonar, a quién voy a agradecer y a quién voy a servir?
Una pregunta
final para los que aman el mar: ¿Qué nudos tienes que desanudar? Hay nudos del
pasado que necesitamos desatar, porque ya no tienen sentido conservarlos, nos
hacen daño, nos impiden crecer y desarrollar todo nuestro potencial; hay nudos
incluso que pueden llegar a enfermarnos; hay nudos, en definitiva, que ya no te
merecen o simplemente impiden dar un buen rumbo a tu vida y seas feliz.
Recuerdo una de las primeras veces que salí a navegar en el amigable Mar
Mediterráneo. Nunca olvidaré la advertencia que nos hizo el capitán: “Prestad
mucha atención a todo lo que hago y digo. A veces no se puede desatar un nudo
sin saber cómo ha sido hecho. Observad qué ha sucedido y por qué. Es importante
saber hacer un buen nudo pero más aún saber desatarlo. En algo tan pequeño como
un nudo puede estar la diferencia entre lograr el objetivo o perder el rumbo y,
en caso de tormenta, entre vivir o ahogarse”.
Recuerda siempre que “toda adversidad se afronta mejor, con
espiritualidad y resiliencia”. Con afecto, fibromyrian.
OBS. Las imágenes fueron seleccionadas de la web.