Nº 1: "La Fibromialgia, un síndrome de dolor neuropático
mantenido por
hiperactividad simpática"
(Dr. Manuel Martínez Lavín)
(Dr. Manuel Martínez Lavín)
(Basado
en el libro del Dr. Manuel Martínez Lavín, La Ciencia y la Clínica de la
Fibromialgia, 2012)
"La
Fibromialgia como un síndrome de dolor neuropático mantenido por hiperactividad
simpática".
Según el Dr. Manuel Martínez
Lavín, "el dolor es la causa más frecuente de consulta al médico".
La definición más aceptada
de dolor es aquella publicada por la Asociación Internacional para el Estudio
del Dolor (IASP), que lo define como: “una
experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real
o potencial, o descrita en tales términos”. (2011).
El dolor se puede clasificar
en agudo (de corta duración) o crónico. El dolor agudo es un mecanismo
primordial de defensa que sirve para mantener a nuestro cuerpo libre de daño,
es como una señal de alarma para apartarnos del agente nocivo y al mismo tiempo
buscar una explicación para la presencia del síntoma, y el remedio que alivie
el dolor corporal.
Cuando el dolor se vuelve
crónico, deja de ser útil para la persona que la experimenta. Con el tiempo, el
aspecto emocional del dolor toma predominancia y el padecimiento se convierte
en un síndrome desgastante.
El dolor crónico se
subdivide en Nociceptivo y No-nociceptivo
o neuropático. En casos de dolor nociceptivo, hay daño crónico al organismo que
es reconocido por el sistema somatosensorial, como los diferentes tipos de artritis o de cáncer.
El
Dolor Neuropático
El dolor No-nociceptivo o
neuropático se debe a una disfunción
intrínseca del sistema somatosensorial. El dolor neuropático se puede
subdividir en aquellos que son dependientes, o bien, independientes de la actividad simpática. En casos de dolor
agravado por el sistema simpático, las catecolaminas
se convierten en sustancias algógenas.
El
dolor neuropático se acompaña de sensaciones anormales (parestesias,
disestesias) o de hipersensibilidad
al tacto (hiperalgesia, alodinia).
La detección de estas alteraciones sensoriales es importante al momento de
distinguir entre dolor nociceptivo y neuropático.
Parestesia:
sensación anormal, ya sea espontánea o inducida.
Disestesia:
sensacional anormal y desagradable.
Alodinia: dolor
producido por un estímulo que normalmente no induce dolor, como puede ser un
simple roce.
Hiperalgesia:
respuesta acrecentada a un estímulo doloroso.
Nocicepción:
proceso neural que codifica los estímulos dañinos.
Sensibilización:
respuesta
incrementada de las neuronas nociceptivas.
Sensibilización
de las vías del dolor. Fenómeno de resonancia
Existe un fenómeno que hace
que ciertos tipos de dolores crónicos se perpetúen y se intensifiquen. Es el
fenómeno de la resonancia o del agrandamiento (wind-up)- Esta expresión se debe
a una sensibilización anormal de las vías del dolor que ocurre principalmente
en la médula espinal.
Esta sensibilización se debe
a una producción excesiva de sustancia P y glutamato, entre otras. Hay también
una hiperactividad de los denominados canales iónicos dependientes de voltaje,
que aceptan esta transmisión exagerada.
En la sensibilización
central existe además, una acción deficitaria de sustancias que normalmente
inhiben la transmisión del dolor, como la adenosina y el ácido
gamma-amino-butírico (GABA).
Dolor
neuropático
El daño a un nervio periférico da como resultado anestesia en la zona
de inervación. Sin embargo, de manera paradójica, tal daño puede provocar dolor persistente. Los casos
paradigmáticos de dolor neuropático son la neuropatía diabética y la neuralgia post-herpética.
La
presencia de parestesias, disestesias, hiperalgesia o alodinia distinguen al
dolor neuropático del nociceptivo. En el dolor neuropático,
los nociceptores están altamente sensibilizados y producen descargas eléctricas en ausencia de estímulos algógenos. Esta
sensibilización se debe a una concentración exagerada de canales de sodio tanto
a nivel periférico como central.
"Dolor
mantenido por el sistema simpático"
Otro factor que puede
influir en la perpetuación del dolor
neuropático y en la génesis de la sensibilización central, es la
participación del sistema nervioso simpático. A este fenómeno se le denomina “dolor mantenido por el sistema simpático”.
En situaciones normales, los
neurotransmisores simpáticos no activan
a los nociceptores. Sin embargo, después de un traumatismo físico, los nociceptores se tornan sensibles a la acción de
norepinefrina. Se ha hecho experiencias con ratas, en donde la inyección de
norepinefrina o la activación simpática provocan dolor.
Los canales de sodio
ubicados en el sistema somatosensorial juegan un papel primordial en la
percepción del dolor neuropático.
Nuestro principal sistema de
regulación interna y de adaptación al medio ambiente, el sistema nervioso
autónomo, es un sistema adaptativo complejo.
La pérdida de complejidad de
los sistemas adaptativos, parece ser la patogenia subyacente a la fibromialgia.
La visión holística, basada
en las ciencias de la complejidad, ofrece un acercamiento diferente y novedoso
al concepto y tratamiento de la fibromialgia.
Según los avances
científicos del equipo del Dr. Manuel Martínez Lavín en México, ha demostrado
que hay claras del sistema de respuesta al estrés (distrés), en particular de
la rama simpática del sistema nervioso autónomo. "Existe una hiperactividad
simpática con hipo-reactividad al estrés".
"La
Fibromialgia como un síndrome de dolor neuropático mantenido por hiperactividad
simpática"
"El
dolor fibromiálgico tiene características neuropáticas y
parece estar mantenido por la hiperactividad
simpática. Esta evidencia preliminar sugiere que algunos casos graves de
fibromialgia pudiesen representar una canalopatía sódica".
Resumen elaborado por Lic. Ricardo Masqueda, Paraguay.
Fuente:
Martinez Lavín, Manuel, La Ciencia y la clínica de la fibromialgia: manual para profesionales de la salud. México. Editorial Médica Panamericana, 2012, pp.7-8; 11-14.28.36-39.
Resumen elaborado por Lic. Ricardo Masqueda, Paraguay.
Fuente:
Martinez Lavín, Manuel, La Ciencia y la clínica de la fibromialgia: manual para profesionales de la salud. México. Editorial Médica Panamericana, 2012, pp.7-8; 11-14.28.36-39.
Obs.Las imágenes fueron extraídas de la pág.web.