Fuente: www.abc.com.py, 8 de octubre de 2013
El 70% de la población paraguaya sufre de obesidad,
una enfermedad considerada biopsicosocial por los especialistas.
Llama la atención que
este problema de salud y estética afecte a una gran cantidad de niños y niñas
en nuestro país. Esto se debe en parte a cuestiones genéticas, pero el mayor
factor desencadenante es la mala alimentación. Por eso se hace imperiosa la necesidad de enseñar en las escuelas la
buena nutrición. Cuidando este aspecto tan primordial, podemos lograr que
los niños sean sanos, fuertes y resistentes. Recientemente, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social
divulgó un informe en el que se instaba a los chicos a consumir más cantidad de
frutas y verduras, precisamente para fortalecer el sistema inmunológico, porque
con enfermedades como el dengue, lo único que podemos hacer es levantar las
defensas.
Conviene realizar una
campaña más frecuente y extensiva, repartiendo informaciones y luchando contra
el consumo de las comidas chatarras, que son los principales causantes de la
obesidad en niños y jóvenes. Más adelante predisponen a enfermedades como la
diabetes, la hipertensión arterial, problemas cardíacos y cerebrovasculares. Patrick Holford, psicólogo inglés, va
más allá al sostener que problemas
emocionales, falta de concentración y memoria, mal humor y depresión, se deben
a una mala alimentación. Este
profesional aconseja en su libro “Nutrición
Óptima” que una terapia psicológica
debe complementarse con una excelente alimentación, glucosa, minerales,
proteínas y vitaminas.
Son esenciales para
un buen desarrollo físico e intelectual. Y hoy día existe una gran oferta de
alimentos en los supermercados. No todos son convenientes y he aquí que se hace
necesario conocer sus propiedades, y si es posible que se encuentren en su
estado natural, es decir libres de químicos. Para eso, también hay que lavar las frutas y las verduras con mucho cuidado si es
posible con cloro.
La cuestión de la
alimentación es un hábito, un tema cultural; la gente es reacia a cambiar
radicalmente dejando de lado las grasas y carbohidratos, e incorporando más
frutas, verduras, raíces y semillas. Sin embargo la
misión no es imposible. En la actualidad hay excelentes nutricionistas y muchos
médicos que optan por la medicina natural, con tendencia naturista. Todos se
ponen de acuerdo, en un punto: somos lo
que comemos, podemos vivir más y mejor seleccionando alimentos. Por eso, hay que enseñar a comer bien desde pequeño,
en la casa y también en el área de salud, en las escuelas.