El 22 de marzo de 2010 fui diagnosticada de fibromialgia, por el Dr. Hugo Eías Aosta. La fibro es un dolor
crónico de tipo neuropático que no conoce de treguas ni respeta horarios,
lugar, temperaturas ambientales, considerando que tanto el insoportable calor
como el intenso frío o la humedad, agudizan la intensidad del dolor y la fatiga
crónica, porque al hablar de realidades, fibromialgia no es sólo dolor, como si
fuera poco, sino también, de esa fatiga crónica agotadora que no mejora con el
reposo, la que te dificulta tragar y hace que disminuyan las fuerzas de las
cuerdas vocales, la que me roba la calidad en la visión y todo un abanico de
síntomas que se desatan con este padecimiento.
Por eso, para comprender y afrontar mejor el dolor y el sufrimiento que produce la
fibromialgia, les presento esta reflexión para humanizar el abordaje de los mismos, y proponer
algunas claves para transformarlos en esperanza y
resiliencia.
Desde mi diagnóstico, busqué conocer para entender mejor esta patología, para luego aceptar y afrontar la fibro con espiritualidad y resiliencia. En este proceso, conocí los escritos del Dr. José Carlos Bermejo, doctor en Teología pastoral sanitaria y máster en Bioética, religioso Camilo; director del Centro
de Humanización de la Salud de España. En el XXIII Jornadas de Humanización de la Salud, en su exposición de "Acompañamiento en el dolor y el sufrimiento" afirma que actualmente, "somos mucho más conscientes de la complejidad del dolor, su relación con la personalidad, la afectividad, la cultura, la espiritualidad, las significaciones, el apoyo psicosocial y la accesibilidad a la analgesia".
Del Dolor al sufrimiento
Cassell afirma que "las personas que padecen dolor declaran con frecuencia que únicamente sufren cuando su origen es desconocido, cuando creen que no puede ser aliviado, cuando su significado es funesto, cuando lo perciben como una amenaza".
Para Bayés "el dolor se transforma en sufrimiento cuando se teme su prolongación, reaparición o intensificación en el futuro sin posibilidad de control". Por lo tanto, el dolor y el sufrimiento pueden ser afrontados y transformados, con una visión humanista, integral, especialmente, con espiritualidad y resiliencia.
En este contexto, es fundamental considerar el concepto multidimensional del dolor y el sufrimiento, porque ambos piden analgesia, consuelo y compasión competente, acompañamiento, counselling o psicoterapia breve, etc.
El dolor y el sufrimiento bien enfocado y afrontado, pueden pasar de "experimentado a eliminado" por la analgesia; de alguna forma aliviado y sobrellevado con espiritualidad y resiliencia; de "incomprendido a comprendido" a través de la validación de los síntomas (aceptar, creer que los síntomas son reales); del empoderamiento, previniendo y aprendiendo a ser dueño de las significaciones y aumentar la sensación de control.
Una de las claves humanizadoras del mundo del dolor y del sufrimiento es fortalecer las competencias profesionales, que incluye las competencias técnicas, relacionales, emocionales, espirituales y culturales.
Otra clave es aprender el arte de la escucha activa, de la empatía terapéutica, del counselling o psicoterapia breve, una relación de ayuda competente que acompaña e implementa, por ejemplo, el método vivencial de espiritualidad y resiliencia basada en la Biblia, que es mi método de afrontar la fibro y que ofrezco en mi libro "Fibromialgia, cuando el dolor neuropático es la enfermedad, desde la óptica de una paciente".
Promovamos enfoques terapéuticos biopsicosocialespirituales porque el dolor y el sufrimiento es menor si es acompañado con personas empáticas y compasivas, especialmente, siendo testigos de que con espiritualidad y resiliencia todo se puede, porque "todo lo podemos en Cristo que nos fortalece".
Cultivemos la espiritualidad cristiana para obtener la resiliencia necesaria para afrontar con esperanza todas las mialgias de la vida.
Seamos como las palmeras o plantas de bambú, símbolos de la resiliencia, porque aunque nos "inclinamos hacia abajo", nos "doblamos como las palmeras" por los innumerables síntomas de la fibro, los impactos biopsicosocialespiritual que sufrimos, podemos dejar pasar los fuertes vientos, nos doblamos y agachamos la cabeza, pero nos recobramos y seguimos creciendo después de las tormentas de la fibro, y todas aquellas circunstancias que no podemos cambiar; así robustecemos nuestro tronco de resistencia, y salimos fortalecidos ante las crisis.
La resiliencia personal es la capacidad de afrontar las crisis, reconstruirse y no perder la capacidad de amar, de luchar, de resistir; antes bien, potenciar los recursos interiores, espirituales, especialmente de la Palabra de Dios, de la oración, etc; para tener "serenidad para aceptar todo aquello que no se puede cambiar; valor para cambiar lo que se puede cambiar y sabiduría para reconocer las diferencias".
Fuentes de consulta:
Humanizar el abordaje del dolor y del sufrimiento;
Acompañamiento en el dolor y el sufrimiento; y
Del sufrimiento a la esperanza ante la enfermedad. (Charlas del Dr. José Carlos Bermejo; Director general del Centro de Humanización de la salud y Centro Asistencial San Camilo).
La Fibromialgia, cuando el dolor neuropático es la enfermedad
(Myrian Benítez).
Un abrazo tierno y sanador para todos… SHALOM. Paz y Bien. Con afecto, Fibromyrian-Fibrofamilia- MRA-PY.