Por Cala
Si tuvieras que equiparar
tu vida con una carrera, ¿cómo sería? ¿Sería como los 100 metros planos en los
que no paras y casi ni respiras para llegar a la meta? O más bien ¿sería como
una carrera con obstáculos que debes sortear cada cierto tiempo? Algunos dirán
que la vida es como un maratón, con 42 kilómetros para administrar nuestra
energía y nunca detenerse hasta llegar al final.
Para
mí, la vida es como un rally, con infinidad de paradas o estaciones, que se
pueden superar en el orden que mejor funcione para cada uno y que se disfruta
como camino, sacando de la mente, la meta, pero sin paralizarse en ningún
momento para tratar de continuar siempre en movimiento.
Al igual que
en un rally, la vida nos presenta retos para los cuales debemos prepararnos y
esmerarnos en alcanzarlos porque en el trasfondo, en la carrera de la vida, lo
que subyace en cada estación es el aprendizaje que obtenemos de ella.
Si has
participado en un rally alguna vez, recordarás que en algunas ocasiones la
estación es especialmente difícil y requiere de nuestro máximo esfuerzo y
dedicación e incluso, en ocasiones necesitamos más de un intento para lograr
el objetivo. Lo mismo sucede en nuestro día a día. Es entonces cuando se
requiere para el rally de la vida, contar con herramientas como la resiliencia.
La resiliencia implica entender que tenemos el potencial para superar las
dificultades que nos presenta el rally de la vida. Pero no solo eso, la
resiliencia va más allá, ya que nos permite salir fortalecidos de
circunstancias adversas y renacer como nuevos individuos, renovados y capaces
de alcanzar cualquier reto similar en el futuro.
Generalmente,
en los rallys dan pistas que nos ayudan a resolver los retos de cada estación.
En la vida también, a través del universo, bien mayor o como quieran llamarle,
recibimos señales que nos guían sobre cómo actuar ante las más difíciles
pruebas. Debemos ser disciplinados y aprender a escucharlas.
Cuando digo
que lo tenemos todo para hacerlo, es porque hay evidencia científica que lo
confirma.
El cerebro
humano es tan sabio, que se ha demostrado científicamente que tenemos la
capacidad para adaptarnos a las necesidades del entorno. Según el libro
"Mecanismos Neurobiológicos de la Resiliencia", de Luciana D'Alessio:
"Los cambios plásticos estructurales y funcionales propios del cerebro
sano permiten la adaptación frente al estrés, posibilitando la recuperación de
las funciones afectadas, lo que implica resiliencia (plasticidad
adaptativa)".
Tenemos todo
para salir triunfantes de este extraordinario rally que es la aventura de
vivir. En realidad lo que somos es "aprendices de vida", lo
importante es ser conscientes desde qué espacio lo estamos haciendo, si desde
la supervivencia o más bien desde el disfrute y la alegría de aprender y crecer
en cada paso. Todo depende del lente con el que elijamos observar lo que nos
sucede.
Y me viene a
la mente esta frase: el mundo no es como es, sino cómo lo observamos.
Todo pasa,
confía en tu instinto, tu corazón sabe lo que hay que hacer. Cuando te
encuentres en un círculo vicioso, en una situación en la que te sientas
abrumado y sin salida, revisa qué lentes llevas puestos…
La vida es una aventura y todos nacemos con un potencial de resiliencia para
adaptarnos y salir fortalecidos de las dificultades. Agradece cada oportunidad
para crecer ¡Disfrútala!
Mi
querida fibroamiga/o que sufres de fibromialgia y queridos familiares que
acompañan a las pacientes de fibro, deseo que este artículo te ayude a
reflexionar sobre el valor de la resiliencia. Por experiencia sé que no es una
tarea fácil como parece, requiere de esfuerzos y decisiones concretas de
nuestra parte para sustituir pensamientos y actitudes negativas o tóxicas, por
pensamientos constructivos y actitudes más saludables que favorezcan a nuestro
bienestar, desaprender lo que se aprendió mal, etc.
Al
respecto, permíteme compartir contigo la herramienta más efectiva con la cual
alcancé la resiliencia, se llama espiritualidad. A ello se debe mi paradigma de
afrontamiento diario con la fibro, que "el dolor se afronta mejor con
espiritualidad y resiliencia". Mantenerse en la línea de ser una persona
resiliente, requiere de constancia y disciplina en la aplicación de la fórmula,
el compromiso es a diario, pero antes de pensar que se debe hacer de por vida,
es mucho mejor y más práctico renovarlo en un “Sólo por hoy”todos los días. Al
principio puede costar, sin embargo es importante tener en cuenta que "sí
se puede".
Ánimo,
haz lo que esté a tu alcance por recuperar una mejor calidad de vida, y el
resto, lo que no dependa de ti, deja en las manos providenciales de nuestro
Papito Dios, que es paciente y misericordioso con todas nuestras
vulnerabilidades. Shalom, paz para ti y para todos tus familiares y amigos.
OBS. Las imágenes fueron seleccionadas de la web.