domingo, 31 de diciembre de 2017

MI GRATITUD PARA EL 2017 Y BIENAVENTURANZAS PARA EL 2018


Te agradezco mi papito Dios, por todas las bendiciones que me concediste en este año que está deshojando sus últimos minutos en las manecillas del reloj. Gracias papito por el don de la Vida, del amor, de la familia, del pan de cada día, del trabajo, de los afectos, de los amigos, de las metas concluidas.

Cómo no creer en ti papito de mi corazón, si cuando nadie estuvo ahí, yo te encontré, o mejor, tú me encontraste. Cuando no era visible ante los demás, tú me miraste, y me amaste, y me llamaste por mi nombre. Gracias mi papito Dios, por ser “la niña de tus ojos”.
En este año que se está yendo, me hiciste conocer personas que me hicieron mejor personas, que me ayudaron a perfeccionar y fortalecer mi fe; otras, que sin siquiera imaginarse, estaban caminando junto a mi ayudándome a sobrellevar mi fibro.
Cómo no creer en el Dios de la Vida, si fue gracias a ti que yo pude lanzar el primer libro paraguayo de “FIBROMIALGIA. DESDE LA ÓPTICA DE UNA PACIENTE”. Con el firme propósito de colaborar con mi granito de arena, para hacer visible lo invisible en favor de quienes padecemos la fibro, de nuestras familias, de nuestros respectivos médicos tratantes y de los interesados en general.
 De tener la Gran familia que tengo, compuesta por mis hermanos de sangre y por mis hermanos en Cristo, mi familia por elección; y unidos formamos Fibrofamilia, mi grupo terapéutico de espiritualidad y resiliencia, biopsicosocialespiritual, para el afrontamiento de la fibromialgia, dolor crónico y enfermedades afines.
Desde mi corazón te digo Gracias Padre amado por tu amor incondicional, por amarme así como soy, aunque no lo merezca.
Mi esperanza está puesta en ti     que eres mi luz, mi fortaleza, mi resguardo y mi salvación. Te ruego que en este nuevo año 2018, aumentes nuestra fe, la esperanza, el amor, la empatía, el sentido de pertenencia, y nos ayudes a ser lo que tu esperas de nosotros.

“EL NIÑITO JESÚS,

COMO LA EMPATÍA DE DIOS

NOS BENDECIRÁ CON SU ALEGRÍA.

Él HARÁ BRILLAR SU ROSTRO
SOBRE CADA UNO DE NOSOTROS,
Y NOS CONCEDERÁ SU MISERICORDIA.

DIRIGIRÁ SU TIERNA MIRADA HACIA
CADA UNO DE NOSOTROS,
Y NOS CONCEDERÁ LA SALUD INTEGRAL
Y NOS DARÁ SU PAZ”. 

(Bendición inspirada en Números 6,24-26)

         Y recuerda siempre, que:

 “Todas las adversidades se afrontan mejor
con Espiritualidad y Resiliencia”
Con afecto,
¡¡¡FELIZ AÑO 2018
 les desea Fibromyrian
 y
Fibrofamilia!!!

Imágenes seleccionadas de la Web.
Fuente: Equipo prensa "fibromyrian-fibrofamilia"
Grupo terapéutico de espiritualidad y resiliencia, para el abordaje  biopsicosocialespiritual de la fibro y enfermedades afines
Contacto: (0971) 208 820


jueves, 14 de diciembre de 2017

Emotivas palabras del Prof. Dr. Hugo F. Elías Acosta en la presentación del libro de Fibromialgia, de Myrian Benítez


“FRUSTRACIÓN ES UNA MARCA QUE ACOMPAÑA A LA PATOLOGÍA”
Constituye para mí una genuina satisfacción poder presentar este libro de mi querida paciente y amiga Myrian Benítez, a la vez que un honor inmerecido que me haya solicitado hacer los comentarios introductorios a una obra que tiene un gran valor, en varios aspectos, que me permitiré comentar brevemente.
Conozco a Myrian desde hace años, así como a su esposo y su hermana,  y las circunstancias en las que la he evaluado clínicamente y seguido en su evolución a través del tiempo fueron particularmente difíciles.
He asistido a su peregrinar de consultorio en consultorio, de especialista en especialista, de una modalidad terapéutica a otra. He podido presenciar sus breves lapsos de aparente mejoría, seguidos de recaídas dolorosas y de frustración.
Esta frustración es una marca que acompaña a la patología que nos ocupa, la fibromialgia.
Frustración para la paciente, también me voy a referir a ella en femenino, pues como se describe en el libro, es una enfermedad mucho más frecuente en mujeres que en varones.
Mencionaba el grado de frustración de la paciente, que nota un progresivo deterioro físico y emocional: dolor casi permanente, poca o irregular respuesta a los medicamentos, poca comprensión y hasta desinterés por profesionales de la salud en vista de la insuficiente respuesta a los tratamientos instituidos.
Imaginen a Myrian o a cualquier otra de las miles de pacientes con esta enfermedad – y no es ninguna exageración, haciendo un simple cálculos de 2-5% de la población afectada en mayor o menor medida.
Decía, tratemos de ponernos por un momento en su lugar: una mujer joven, dinámica, en edad productiva y reproductiva, con inquietudes y proyectos.
Un mal día empieza a sentir dolores en varias partes del cuerpo: el cuello, la espalda, muslos, piernas. Recurre a paracetamol, ibuprofeno, a diclofenac, etc., con alguna mejoría pero pronta recaída.
Con el correr de los días, semanas y meses, siente que al dolor se agrega un raro decaimiento. Una mezcla de fatiga, que le obliga a suspender actividades de las que antes disfrutaba, con progresivo desinterés en ellas. Cada vez menos ganas de realizar actividades físicas y menos tolerancia a los esfuerzos. Cada vez más irritabilidad, decaimiento, insomnio. Cada vez menos ganas de salir y compartir con amigos y hasta con los familiares.
Dolor, tristeza, desánimo, acompañados de un cansancio difícil de describir. Asistir a un deterioro físico, emocional, luego laboral, debiendo abandonar actividades, atrapada en ésta telaraña, como describe Myrian, de sufrimiento y decadencia.
Frustración para los familiares. Imaginen a un núcleo familiar joven, con padre y madre con los múltiples roles que impone la sociedad actual e hijos con todas las actividades del mundo contemporáneo: colegio, inglés, danza, computación, fútbol, etc., etc.
Un mal día la mamá empieza a quejarse de que le duele aquí y allá. Empieza a estar siempre cansada y de mal humor. No quiere acompañar a los niños a sus actividades porque no durmió nada a la noche. Anda con sus medicamentos permanentemente, que parecen dejarla aérea, distante.
Todos empiezan a extrañar a esa persona alegre, con una sonrisa en los labios, con ganas de hacer cosas, de progresar, de compartir. Y como todos somos humanos, también los familiares empiezan a perder la paciencia, hay roces, reproches, distanciamientos.
Nadie entiende porque no reacciona, siendo que aparentemente no le pasa nada grave. Si tuviera un tumor, una parálisis, un infarto, todos entenderían y la acompañarían en el proceso, con amor y devoción.
Pero generalmente no ocurre en ésta situación, en la que el mismo entorno familiar se convierte en juez: qué es lo que otra vez te duele – pero si ya tomaste una cantidad de remedios – yo estaba así pero me sobrepuse – te duele en realidad o te parece nomás, porque todos tus resultados están bien – para que vamos a ir al cumpleaños con esa cara – vos ya no vas a trabajar más luego? – ya dijo luego el Dr. que todo lo tuyo es psicológico – por lo menos con los chicos tratá de estar un poco alegre… y otras tantas frases que hieren más a una persona ya herida.
“FRUSTRACIÓN PARA LOS MÉDICOS”
Frustración para los médicos. Un diagnóstico que a nosotros mismos nos cuesta creer. Todos los estudios negativos. Todas las pruebas terapéuticas con resultados malos o mediocres: analgésicos comunes – antiinflamatorios – corticoides – ansiolíticos – antidepresivos – antineuríticos – antioxidantes – fisioterapias, etc., etc., etc.
Es la situación en la que el médico, al solo ver entrar a la paciente al consultorio caminando con dificultad y con cara de dolor, ya se plantea: con qué me vendrá ahora? Seguro que ni tomó la medicación porque dice que le hace mal – No sé qué más hacer con ésta Sra.!
Hasta uno llega a pensar: porqué habiendo tantos médicos tiene que venir otra vez aquí… Y cuando nos cuente que ya anduvo por varios especialistas uno se defiende pensando: claro, ya anduvo por cualquier charlatán y ahora que ya está intoxicada de medicamentos y con 40 Kg más quiere que yo le solucione el problema.
Parece hasta chistoso, pero del más puro humor negro: dolor casi permanente, fatiga progresiva, tristeza, depresión, sensación de incomprensión, pérdida de autoestima. Todo lo que ya hemos dicho y que Myrian nos relata con impresionante crudeza desde el núcleo de su ser.
“¿PERO, HAY O NO HAY UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL?”
Creo que sí, puede haber. Y creo también que ese es el mérito de éste libro, el de transmitir una luz cierta de esperanza a las víctimas de una patología bastante cruel.
Y a ellas la autora les deja un mensaje muy claro: es difícil, pero se puede luchar contra la fibromialgia. Se puede recuperar las alas y los sueños, pero adaptados a una realidad en la que les toca vivir, que nadie ha elegido, que cuesta entender y aceptar.
“¿Y POR QUÉ CREO QUE ESTA OBRA PUEDE SER DE GRAN AYUDA?”
Primero: porque la autora es una comunicadora social, con formación en programas de valores y liderazgo, que ha profundizado en forma impresionante en el conocimiento de una patología de por sí misteriosa, a través de investigación bibliográfica, asistencia a conferencias y congresos sobre éste tópico y sobre todo a través del contacto personal con un especialista en fibromialgia de nivel internacional como el Dr. Martinez Lavín, que no lo califico yo, ni Myrian, sino un gran curriculum documentado en investigación y docencia en la línea de la fibromialgia.
Segundo: porque la autora se ha apoyado en un fortalecimiento psicoespiritual que obviamente excede lo que como médico uno pudiera evaluar, medir o pesar, pero que con claridad se transluce en las páginas del libro, donde relata cómo su apoyo en ésta evangelización integral que armoniza fe religiosa con conocimiento científico le ha llevado a la resiliencia, es decir, a adaptarse positivamente a una situación tan adversa y sacar frutos de ellas.
Tercero: ese fruto del que hablamos se concreta en una propuesta específica, un método, “Mver” en el que la autora hace gala de creatividad y actitud positiva, planteando respuestas a la enfermedad, que permiten modular la respuesta orgánica al distress.
No pretende excluir la farmacoterapia, al contrario, incluir otras facetas como la información, la acción y el soporte espiritual. Aunque muchos no seamos profundos conocedores bíblicos, las citas que Myrian rescata, asociándolas con aspectos específicos de ésta patología son notablemente precisas e inspiradoras para quien lo lee con mente abierta, como ciertamente es quien busca un alivio al mal que lo consume.
Cuarto: la ciencia médica reconoce la fibromialgia como una entidad específica, con criterios de diagnóstico bien establecidos, como se explica en el libro. No es aceptable descalificar a un enfermo por la disparidad de los síntomas o la carencia de estudios laboratoriales diagnósticos.
Como tampoco lo es descalificar a un método de afrontarla con apoyo espiritual. El sólo hecho de que la Universidad Católica forme médicos y que seamos docentes en dicha institución revela la aceptación del dialogo entre Fe y Ciencia, desarrollando esa inteligencia espiritual de la que se hace mención en el texto.
Felicito sinceramente a la autora, por ésta interesante e importante obra. Creo que es un aporte útil al manejo de esta situación que afecta no solamente al paciente, sino a todo el entorno.
“PODRÁ FACILITAR LA COMPRENSIÓN Y LA CONTENCIÓN FAMILIAR”
Podrá promover el desarrollo de grupos de apoyo que intercambien experiencias, así como la realización de talleres de prevención y manejo del stress.
Estimulará el conocimiento de técnicas de  relajación y meditación, facilitando en esta forma el desarrollo espiritual y la rehabilitación: Aprender a ser pacientes en el sufrimiento, a entender y aceptar la enfermedad para poder afrontarla y rehabilitar la calidad de vida.
Promoverá, al hacer visible lo invisible, el desarrollo de políticas de protección y promoción de pacientes con fibromialgia, facilitando su inserción y desarrollo laborales en condiciones adecuadas para ellos.
“NI YO NI NADIE PODRÁ DECIRLE A MYRIAN NI A LAS MILES DE PACIENTES CON FIBROMIALGIA: YA ESTÁS CURADA…”


Ni yo ni nadie podrá decirle a Myrian ni a las miles de pacientes con fibromialgia: ya estás curada, ya no vas a tener dolor y tu vida será color de rosas.
Pero sí podemos decirle: tu enfermedad existe, es difícil de manejarla, pero sí contamos con  métodos terapéuticos útiles desarrollados a través de la investigación, la acción y la inteligencia espiritual como nos plantea la autora en ésta obra, que tuve el gusto de leer y cuya revisión recomiendo a todas las personas interesadas en el tema o directamente afectadas como paciente, familiar o comunidad solidaria.
Concluyo ésta presentación con las palabras del gran apóstol Pablo, cuando evalúa su vida y su lucha por la Fe cristiana: “he combatido con valor. He concluido la carrera. He guardado la Fe. Nada me resta sino aguardar la corona de justicia que me está reservada, y no solo a mí sino a los que esperan llenos de Fe”.
Muchas felicidades y muchas gracias.

Transcripción en su totalidad, del discurso pronunciado por el Prof. Dr. Hugo F. Elías Acosta, en la presentación del libro de Fibromialgia, de Myrian Benítez  (fibromyrian)
Disponible en Servilibro y en grandes librerías del país

Fuente: Equipo prensa "fibromyrian-fibrofamilia"
Grupo terapéutico de espiritualidad y resiliencia, para el abordaje  biopsicosocialespiritual de la fibro y enfermedades afines
Contacto: (0971) 208 820