Como paciente, familiar de algún paciente, profesional de la
salud, ¿se ha preguntado alguna vez, de lo que realmente significa ser
inteligente?, ¿qué opinas de la inteligencia espiritual?, es un tema que se
abordará desde ahora desde la perspectiva del Dr. Francesc Torralba. Su
concepto de inteligencia, inteligencia espiritual ayudará a comprender lo que
es la inteligencia, la inteligencia espiritual, etc. Espero que este tema te ayude
a comprender y entusiasmarte por el tema.
El filósofo y teólogo español Francesc Torralba Roselló ha
escrito el libro “Inteligencia
Espiritual” en el cual expone sus reflexiones al respecto de la
inteligencia espiritual, después de la teoría de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner y de la Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, abre una nueva
vía de investigación, todavía muy pionera, que amplía y complementa
significativamente las intuiciones de ambos investigadores.
Según Francesc Torralba, la idea de que en el ser humano
exista una inteligencia espiritual que opera en íntima conexión con las otras
formas de inteligencia ha sido puesto de relieve en el contexto anglosajón y
americano, pero todavía no se ha desarrollado en el ámbito de lengua hispánica.
La expresión inteligencia
espiritual puede suscitar ciertas perplejidades e incomprensiones, por
múltiples motivos: la visión materialista del ser humano (tridimensional:
físico, emocional, social); sin embargo, filósofos, psicólogos, psiquiatras,
neurólogos, antropólogos y teólogos detectan en el ser humano una serie de
operaciones, un campo de necesidades y poderes que difícilmente se puede
explicar a partir del cuadro de inteligencias múltiples que ofreció Gardner.
Inclusive el mismo Gardner no descarta tal posibilidad. Da la impresión de que
tal tipo de capacidades – la inteligencia espiritual-sólo puede explicarse
correctamente si se reconoce en el ser humano una forma de inteligencia como la
espiritual (tetradimensión: físico, emocional, social y espiritual).
Él concibe el ser humano como una unidad multidimensional,
exterior e interior, dotado de un dentro y de un fuera, como una única realidad
polifacética, capaz de operaciones muy distintas en virtud de las diversas
inteligencias que hay en él.
La inteligencia espiritual faculta al ser humano para el
análisis valorativo de la propia existencia y de los ideales y horizontes de
sentido de la misma, y abre otras posibilidades que no están contenidas en el
término trascendente, existencial. Por lo tanto, la tesis que presenta es que
en el ser humano, más allá de su vida exterior, existe una vida interior que es
consecuencia directa del cultivo de la inteligencia intrapersonal y de la
espiritual.
Presenta la tesis de que el ser humano goza de un sentido
espiritual que padece unas necesidades de orden espiritual que no puede
desarrollar ni satisfacer de otro modo que cultivando y desarrollando su
inteligencia espiritual y el olvido de esta dimensión conduce a un grave
empobrecimiento, una especie de anemia espiritual.
Además, afirma que todo ser humano, independientemente de su
credo religioso o adhesión confesional, dispone de una inteligencia espiritual,
que es una capacidad que permite múltiples desarrollos y experiencias. Más allá
de la adscripción confesional, todo ser humano tiene un sentido y unas
necesidades de orden espiritual, y éstas pueden desarrollarse tanto en el marco
establecido de las tradiciones religiosas como fuera de ellas. Reivindica una
comprensión holística del mismo, desde el pleno respeto a las distintas
opciones religiosas y laicas, permitiendo identificar una serie de capacidades
y de posibilidades espirituales en todas las personas.
La cuestión de la inteligencia espiritual que propone y
divulga Francesc Torralba en contextos de anemia espiritual, es todo un
desafío, porque el desarrollo de esta forma de inteligencia abre nuevos horizontes,
por lo que amerita pensar estrategias oportunas para educar tal forma de
inteligencia y estimularla en todas las personas, independientemente de su
espiritualidad, religiosidad o confesionalidad, en todas las etapas de la vida,
en todas las esferas y campos del ser humano.
La inteligencia denota
la capacidad de discernir, de separar, de cribar entre distintas alternativas y
poder tomar la decisión más oportuna. Una persona inteligente es de hecho una
persona que sabe separar lo esencial de lo accidental, lo valioso, lo que
necesita, es decir, se refiere a esta capacidad de discernir.
La inteligencia proviene de intus (entre) y
leggere, que significa escoger o leer. Ser inteligente es pues, saber
escoger la mejor alternativa entre varias, pero también, saber leer en el
adentro de las cosas, porque tiene la capacidad de deliberar, de sopesar los
pros y los contras de tal decisión y anticipar las posibles consecuencias que
se desprenden de la misma.
La inteligencia permite recoger a través de la memoria las
experiencias del pasado y anticipar, mediante la imaginación, los hipotéticos
escenarios de futuro, salvando al ser humano de muchos fracasos y abre las
puertas a la conquista del éxito personal, afectivo y profesional.
La inteligencia es
la capacidad de aprender o de comprender, como la facultad de conocer,
comprender algo. Es la capacidad y la habilidad para responder de la manera más
adecuada posible a las exigencias que presenta el mundo. Permite reflexionar,
examinar, revisar e interpretar la realidad. Existe una respuesta primaria, de
carácter instintivo; pero más allá de ella, el ser humano en virtud de su
inteligencia, es capaz de contener tal respuesta y pensar con anterioridad,
cuál es la que debe dar atendiendo al contexto. La inteligencia permite
elaborar respuestas complejas a situaciones vitales, respuestas pensadas y
meditadas que superan la lógica mecánica del estímulo y la respuesta.
La inteligencia es la capacidad que permite adaptarnos con
cierta velocidad a los recursos disponibles y a enfrentarnos a situaciones
nuevas que no habíamos predicho con anterioridad. La inteligencia nos da la
necesaria habilidad para resolver problemas y elaborar productos que son de
importancia en un contexto cultural o en una determinada comunidad. Esta
capacidad de resolver problemas permite abordar una situación en la cual se
persigue un objetivo, así como determinar el camino adecuado que conduce al
mismo. La inteligencia es el conjunto de aptitudes que las personas utilizan
con éxito para lograr sus objetivos racionalmente elegidos; permite planificar
y codificar la información y activar la atención. Planificar incluye, entre
otras cosas, generar planes y estrategias; y seleccionar los planes útiles y
ejecutarlos. Incluye la toma de decisiones, dirigir el comportamiento,
utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él
mismo.
El autogobierno mental es un poder que emana directamente de
la inteligencia. Proporciona los medios para gobernarnos a nosotros mismos, de modo
que nuestros pensamientos y acciones sean organizados, coherentes y adecuados
tanto a nuestras necesidades internas como a las necesidades del medio
ambiente.
Para Francesc Torralba, la inteligencia es esa potencia que
permite conocer la realidad en distintos grados y niveles de profundidad. La
inteligencia cumple, una función adaptativa: permite vivir y pervivir. La
inteligencia humana se adapta al medio adaptando el medio a sus necesidades,
pone el corazón más allá del horizonte porque se plantea continuamente nuevas
metas que le producen incesantes desequilibrios. En síntesis, la inteligencia
es una facultad tan escurridiza, astuta, tremenda y ocurrente; es ante todo, la
capacidad que tiene ésta de crearse a sí misma. Por lo tanto, es un desafío para
comenzar a profundizarla.
Fuente: Francesc
Torralba, Inteligencia espiritual
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