Salud y paz mis fibroamigas y amigos. Para mi es un placer reencontrarme
con ustedes en las páginas de mi blog., esta página que fue creada hace siete
años para concienciar, difundir y reflexionar temas referentes a la
fibromialgia, dolor crónico, enfermedades afines y diversos temas de interés.
Quienes son seguidores de este espacio digital "Fibromyrian", ya lo tienen por
sabido que aquí se propone un afrontamiento con esperanzas cualquiera sea la enfermedad, dolor crónico o
situaciones límites; confiando que "todo lo podemos en Cristo que nos
fortalece" (Filipenses 4, 13) y poniendo en práctica el lema de
afrontamiento terapéutico del Mver, "de la espiritualidad a la
resiliencia". Por ello, qué mejor momento que esta Semana Santa para
reflexionar sobre las experiencias personales que podamos tener con el Dios de la Vida en medio de nuestros dolores crónicos con sus características neuropáticas bien particulares en su forma de doler y los distintos métodos de cómo afrontarlos.
En la medida en que desarrollamos nuestra inteligencia espiritual, se fortalecerá nuestra fe en Dios, y por medio de ella, aprender a entregar todos nuestros padecimientos a los de Cristo Jesús para bendecir la vida de otros, con el convencimiento de que esta actitud ante la vida nos ayudará a que todo dolor sea más llevadero. Con este sentido
espiritual de abandono en los brazos de nuestro Papito Dios, llevando a la práctica el " hágase en mí tu voluntad"; nos ayudará a experimentar su paz reparadora, en todo nuestro ser.
Por otra parte, en la medida en que voy conociendo mejor la fibro y sus
manifestaciones a través de los avances científicos al respecto, cada día me
convenzo más que tanto mis dolores como el cansancio sin reparos y un abanico
de síntomas, están muy relacionados al estrés crónico hecho distrés como
un agente disparador de la fibromialgia y la fatiga crónica que me
aqueja.
De acuerdo a las afirmaciones del Dr. Manuel Martínez Lavín, el
estrés es “cualquier estímulo ya sea físico o emocional que atente contra
la homeostasis”. El término “estrés” fue acuñado por Selye para
definir la respuesta desadaptada al estrés que produce daño físico y/o
emocional.
Para el Dr. Martínez Lavín el estrés crónico o
distrés es uno de los agentes disparadores de mayor frecuencia en la
aparición y desarrollo de las manifestaciones de fibromialgia, y
esto a su vez condiciona a la persona que la padece, afrontar necesariamente
los agentes estresantes. Una de sus ideas claves es que el distrés se
puede transformar en un verdadero dolor crónico, sobre todo, por la
disfunción de nuestro sistema nervioso autónomo, que es el sistema de respuesta
al estrés.
El estrés es realmente un tema muy actual y a la vez controversial,
que se ha puesto muy de moda por estar siempre presente en todas nuestras
conversaciones informales, en nuestras consultas médicas, en los medios de
comunicación social.
Últimamente me ha impresionado dos libros del Dr. Daniel López
Rosetti, argentino, especialista en la medicina del estrés, autor de “El
Estrés, Epidemia del Siglo XXI” y el “Estrés de Jesús”.
En este artículo me gustaría compartir con todos los lectores a
modo de cápsulas de formación para la comprensión y afrontamiento eficaz de
esta “compañía ingrata e incómoda del estrés, dañino, oxidativo, crónico,
quemante o burnout convertido en distrés” en nuestra vida diaria”, con
espiritualidad y resiliencia; dos claves para el afrontamiento de la
fibromialgia, muy bien delineadas en mi reciente libro “Fibromialgia,
cuando el dolor neuropático es la enfermedad. Desde la óptica de una paciente”.
Para la mayoría de nosotros, “el estrés es un mal de nuestros
días”, pero para el Dr. Rosetti no es tanto así, porque para él, el estrés está
con nosotros desde los primeros días de nuestra evolución humana, más o menos
desde unos 4 millones de años.
Al respecto, en 1974, el paleontólogo Donald Johnson
descubrió, en la localidad etíope de Hadar, un australopiteco-antecesor del
hombre actual –de casi cinco millones de años de antigüedad, al que llamó
Lucy. Para la mayoría de la gente, “el estrés es considerado como algo dañino”; sin embargo, para el Dr. Rosetti, tampoco es correcto considerarlo así, porque el estrés es una función normal del organismo, de manera que es inherente a la vida misma. No hay vida sin estrés.
Él compara el estrés con el azúcar en la sangre (glucemia). El azúcar es bueno “dentro de ciertos límites”, el nivel bajo o alto, va acompañado de síntomas clínicos propios de esa condición. Con el estrés sucede algo parecido. El estrés es bueno dentro de “ciertos límites”. Es decir que por debajo o por encima de un nivel determinado nos encontraríamos en una condición anormal. Con un nivel muy elevado y sostenido en el tiempo (crónico), es dañino por supuesto. El estrés hasta cierto nivel es útil y necesario para vivir la vida en plenitud. La condición del estrés por encima del límite normal, prolongada en el tiempo, produce alteraciones en el ser humano pudiendo ser estas de orden físico o mental. Por lo tanto, el estrés es una condición normal en el ser humano. No hay vida sin estrés. Vida y estrés son sinónimos.
Nuestro nivel de estrés dependerá (entre otras cosas) de nuestra particular
interacción con el medio ambiente y con los estímulos que de él recibimos, sean
éstos positivos o negativos.
El estrés normal o bueno se lo denomina “eutrés”, mientras
que al estrés malo o dañino se lo llama “distrés”.
Para el Dr. Rosetti, el estrés (distrés) es "aquella condición en la cual las demandas externas (sociales) o internas (psicológicas) superan nuestra capacidad de respuesta. Se condiciona así una alarma orgánica que actúa sobre el sistema nervioso, cardiovascular, endocrino e inmunológico, provocando un desequilibrio psicofísico y el consecuente condicionamiento de la enfermedad".
Para el Dr. Rosetti, el estrés (distrés) es "aquella condición en la cual las demandas externas (sociales) o internas (psicológicas) superan nuestra capacidad de respuesta. Se condiciona así una alarma orgánica que actúa sobre el sistema nervioso, cardiovascular, endocrino e inmunológico, provocando un desequilibrio psicofísico y el consecuente condicionamiento de la enfermedad".
¿Es posible estudiar el estrés de Jesús?
Si el estrés es una función normal del ser humano y su nivel
(mayor o menor) depende de la interacción con el medio ambiente, con los
estímulos que de él recibimos y con nuestra particular respuesta individual a
ellos, no cabe duda que todo ser humano presente estrés y este depende de la
especial y personal relación entre éste y las circunstancias de vida que lo
alcanzan.
Desde la perspectiva del “Jesús hombre”, el “Jesús
histórico”, el carpintero y profeta de Nazareth, cuya fecha probable de
nacimiento es el año 7 a.C, por lo que al comenzar su vida pública, Jesús
tendría unos 34 años; que desarrolló en vida un proyecto y una misión intensa, plagada
de desafíos, alegrías, tristezas y rodeado de amenazas a punto extremo que
culminó con su muerte en la cruz, no cabe duda que como hombre Jesús
presentó estrés. Los mismos escritos y testimonios cristianos que en su fe
y creencia consideran a Jesús como hijo de Dios, admiten y puntualizan que en
su vida como hombre vivió y padeció como tal. La Biblia misma hace referencia a
él en su condición humana, como verdadero hombre, “semejante en todo a
nosotros, menos en el pecado” (Heb. 4, 15).
S. Juan Pablo II, Papa, lo recuerda en una Audiencia General (3
de febrero de 1988), citando un documento del Concilio Vaticano II: "El
Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo
hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre,
obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de
la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo
a nosotros, excepto en el pecado" (Gaudium
et spes, 22).
El Dr. López Rosetti, defiende la tesis de que es posible estudiar
el estrés de Jesús de Nazareth, con dos presupuestos o principios: nuestro
conocimiento actual sobre el estrés y nuestro conocimiento actual sobre la vida
de Jesús de Nazareth, especialmente desde la actual investigación bíblica,
porque él afrontó y sufrió todo tipo de circunstancias estresantes.
Por ejemplo, analicemos un acontecimiento interesante y controversial
en la vida de Jesús, el “Hijo del Hombre“, "el Nazareno".
Las tentaciones de Jesús
Según el biblista argentino, Dr. Ariel Álvarez Valdés, a mucha
gente le cuesta aceptar que Jesús haya sido tentado por el Diablo (Mt. 4, 1-11;
Lc. 4, 1-13; Mc. 1, 12s). Y en el fondo es porque consideramos a la tentación
como algo deshonroso para la persona, como una debilidad, una deficiencia.
Sin embargo no es así. La tentación no es buena ni mala. Es
simplemente inevitable. Todo ser humano tiene tentaciones, ya que al haber sido
creado libre siempre se le presentan dos caminos, dos posibilidades de obrar,
de las cuales generalmente una es buena y la otra mala. Esta dualidad de
horizontes constituye la tentación. Si el hombre elige la vía correcta, crece y
madura; si opta por la equivocada se denigra. Pero la tentación en sí, carece
de moralidad, pasa a ser buena o mala según la decisión que cada individuo haya
tomado ante ella.
Jesús tuvo tentaciones. La Biblia afirma que, “tenía que ser en
todo semejante a sus hermanos: para poder ser un sumo sacerdote compasivo y
fiel en el servicio de Dios para expiar los pecados del pueblo. Como él
mismo sufrió la prueba (tentación), puede ayudar a los que son probados o
"tentados” (Heb. 2,17-18).
Las “tres” tentaciones de Jesús en el desierto
(Mt. 4, 1-11), es un número simbólico, porque el número tres (3)
significa “totalidad”, quizás por el hecho de que 3 son las
dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. Por lo tanto, decir “3” es
de algún modo decir “siempre”, o “todo”. Jesús no tuvo sólo tres
tentaciones sino muchas, porque él mismo dijo: “Ustedes me han acompañado a
lo largo de todas mis tentaciones, por eso les daré un Reino como
mi Padre me dio a mí” (Lc. 22, 28-29).
Las tentaciones de Jesús fueron normales, como
está escrito: “se le acercaron los fariseos y saduceos para tentarlo y
le pidieron una señal en el cielo” (Mt. 16,1); o en otra oportunidad
le preguntaron “para tentarlo: ¿puede uno por cualquier motivo
divorciarse de su mujer? (Mt. 19, 3), etc. Por lo tanto, Jesús fue
tentado durante toda su vida, como también nosotros. Estemos
preparados, porque las tentaciones se intensifican a medida que uno va
aproximándose a su ideal, para nosotras, nuestra ansiosa rehabilitación
integral.
¿Cuáles son nuestras fuentes de información?
Si Jesús nació en el año 7 a.C y murió en el año 30, tenemos que
esperar a la década del 90 para hallar la primera referencia a Jesús, en un
documento fuera de la literatura cristiana. Pertenece a un historiador judío
llamado Flavio Josefo (37). Su segunda obra fue Antigüedades
Judías, en 20 tomos. Es en esta obra, compuesta hacia el año 93, donde Josefo
menciona dos veces a Jesús.
“Por aquel tiempo apareció Jesús, un hombre
sabio. Fue autor de hechos asombrosos, y maestro para quienes reciben con gusto
la verdad. Atrajo a muchos judíos y griegos. Y cuando Pilato,
debido a una acusación hecha por nuestros dirigentes, lo condenó a la
cruz, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo. Y
hasta hoy los cristianos, llamados así por él, no han desaparecido".
Los Evangelios nos permiten conocer a Jesús
de Nazareth
El Nuevo Testamento nos permite conocer a Jesús de Nazareth y con
un poco de empatía podemos analizar y percibir sus circunstancias. El Dr.
Rosetti como especialista del estrés, a modo de ensayo médico e histórico,
desde la perspectiva de la psicología aplicada, procuró medir las condiciones
físicas y psicológicas que hacen propenso o vulnerable a un hombre al estrés.
Este médico especialista en medicina del estrés, estudió el estrés
de Jesús, un ensayo de psicología aplicada religiosa; para ello contó con
suficiente información sobre Jesús, a saber: su carácter, su forma de actuar,
sus prioridades, su escala de valores, su círculo social, su medio ambiente, su
condición física, su misión o proyecto, sus circunstancias de vida, etc. Sobre
estas cuestiones los escritos cristianos aportan numerosos datos de interés,
los escritos canónicos del Nuevo Testamento: los Evangelios, los Hechos de los
Apóstoles, las Epístolas y el Apocalipsis, inclusive los Evangelios Apócrifos,
escritos por los no cristianos, etc.
La Historia Clínica de Jesús
Los estudiosos del tema comentan sobre Jesús. Fue
un judío que según dos evangelistas, Mateo y Lucas, afirman que Jesús
nació en Belén (Mt. 2,1; Lc. 2, 6-7). Pero otros dos
evangelistas, Marcos y Juan, presentan a Jesús, como si hubiera
nacido en Nazaret. En efecto, siempre lo llaman "Jesús de
Nazareth”( Mc. 1,9; 6,1; 6,4; 1, 24; 14, 67; 16,6; 10,
47; Jn. 1, 45; 1, 46; Jn. 7, 41-42; 7,52); por lo tanto nació
probablemente en Nazareth de Galilea entre el año 7 a.C. Perteneció
a una familia pobre. Su padre fue José y su madre María, que estaban
comprometidos (Mt. 1,18; Lc. 1,27; Mt. 1,20; Lc. 1,34; Mt. 2,1; Lc. 2,4; Mt.
1,21; Lc. 1,31; Mt. 2,23; Lc. 2,39); tenía cuatro hermanos y al menos dos
hermanas (Mc. 3, 31-35; 6, 1-3; Mc. 6,3; Gál. 1,19; Flavio Josefo, Antigüedades
Judías, tomo 20).
Hablaba el arameo (Mc. 5,41; Mc. 7,34; Mc. 14, 36; Mc. 15,34; el hebreo, la lengua de los textos sagrados (Lc. 4, 16-19; Mc. 9,5; Mt. 4,23; el griego (Mc. 5, 1-20; Mc. 7, 24-30; Lc. 1-10; Jn. 12, 20-21; Mt. 27, 11); sabía escribir (Jn. 8,6; 8,8). Fue carpintero como su padre y recibió una educación básica acorde a un judío de la época. Estudió las Escrituras y se formó en los preceptos éticos y morales propios de su cultura y religión, especialmente en la sinagoga de Nazareth (Mc. 1,39; Lc. 4,16; 2 Tm. 1, 5; 3,15; según el Hno. carmelita Carlos Mesters, rezaba todos los días en familia (18 bendiciones, el Shemá: “Escucha Israel” con sus 3 benditos; 3 lecturas bíblicas con salmos). A principios del año 27 a.C, fue bautizado por Juan el Bautista (Mt. 3, 13-17; Mc. 1,9-11; Lc. 3, 21-22), quien influyó decisivamente en su vocación religiosa posterior (Jn 1,28-30); probablemente formó parte del discipulado de Juan el Bautista, por lo menos temporalmente (Jn. 1,35-57; Jn. 3, 22-4,3; Jn. 4, 1-3); Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc. 2,51-52), por lo tanto no sabía todo, tuvo que aprender muchas cosas, sus conocimientos de la época eran limitados, etc.
Permaneció soltero o célibe (Mt. 19, 10-12) por el Reino de Dios
(Lc. 18, 29-30; Lc. 9, 58). Fue portador de un carácter sólido y seguro con
conceptos claros y sin medias tintas (Mt. 5-7). Tuvo capacidad de liderazgo (Mc.
1, 14-20) y dotes de sanación de enfermedades (Mc. 1, 29-34). Tuvo seguidores y
seguidoras que participaron de su propuesta (Mc. 1, 16-20; 2, 13-17; 3, 13-19;
Mc. 15, 40-41; Mc. 16, 6-7; Mt. 27, 55-56; Lc. 8, 1-3; 23, 49; 23, 55; Lc. 24,
5-8.10). Su vida pública abarca desde su bautismo hasta su muerte en la cruz
(Mc. 11, 15-19; 14, 43-15, 37). Su proyecto fue verdaderamente revolucionario.
Propuso una sociedad diferente con el amor como sentimiento y emoción común a
todas sus enseñanzas. Propuso finalmente, un orden trascendental centrado en lo
que Jesús denominó como “Reino de Dios” (Mc. 1, 14-15). Es evidente que este
proyecto de Jesús despertó una importante resistencia en las estructuras
políticas y religiosas de la época, que dieron lugar a numerosas circunstancias
estresoras y de hecho terminaron con su vida.
Perfil psicobiológico del estrés de JesúsHablaba el arameo (Mc. 5,41; Mc. 7,34; Mc. 14, 36; Mc. 15,34; el hebreo, la lengua de los textos sagrados (Lc. 4, 16-19; Mc. 9,5; Mt. 4,23; el griego (Mc. 5, 1-20; Mc. 7, 24-30; Lc. 1-10; Jn. 12, 20-21; Mt. 27, 11); sabía escribir (Jn. 8,6; 8,8). Fue carpintero como su padre y recibió una educación básica acorde a un judío de la época. Estudió las Escrituras y se formó en los preceptos éticos y morales propios de su cultura y religión, especialmente en la sinagoga de Nazareth (Mc. 1,39; Lc. 4,16; 2 Tm. 1, 5; 3,15; según el Hno. carmelita Carlos Mesters, rezaba todos los días en familia (18 bendiciones, el Shemá: “Escucha Israel” con sus 3 benditos; 3 lecturas bíblicas con salmos). A principios del año 27 a.C, fue bautizado por Juan el Bautista (Mt. 3, 13-17; Mc. 1,9-11; Lc. 3, 21-22), quien influyó decisivamente en su vocación religiosa posterior (Jn 1,28-30); probablemente formó parte del discipulado de Juan el Bautista, por lo menos temporalmente (Jn. 1,35-57; Jn. 3, 22-4,3; Jn. 4, 1-3); Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc. 2,51-52), por lo tanto no sabía todo, tuvo que aprender muchas cosas, sus conocimientos de la época eran limitados, etc.
De acuerdo a las investigaciones del Dr. López Rosetti, la
personalidad de Jesús era de tipo B (madura,
equilibrada, dimensiona adecuadamente los hechos, no competitiva, seguro de sí
mismo, objetivos claros y definidos, alterna actividad con descanso, disfruta
del humor y la diversión, etc.). Por definición la personalidad tipo B es la
ausencia de las características típicas del tipo A, más propenso al estrés.
Reactividad física de Jesús: Reactor físico calmo: reacción física (cardiovascular, etc.)
al estrés dentro de límites normales.
Perfil psicobiológico del estrés de
Jesús: tipo IV
A. Alta resistencia física y
mental al estrés.
B. Baja vulnerabilidad:
baja posibilidad de enfermar por estrés.
Resistencia física y mental de Jesús al
estrés
Los dichos y hechos atribuidos a Jesús hacen pensar en un carácter
o personalidad tipo B y la imagen física de él conforman un tipo constitucional
físico compatible estadísticamente con un reactor calmo. Como consecuencia, la
asociación, tipo de personalidad B y reactor calmo constituyen un grupo de alta
resistencia al estrés y baja vulnerabilidad a padecer enfermedades relativas a
él. Este es el caso de Jesús de Nazareth, que debió haber presentado una alta
resistencia natural al estrés físico y mental.
Condiciones pro-eustrés (Estrés bueno) de
Jesús
Hay condiciones psicológicas y mentales que aumentan la
resistencia psicofísica al estrés. El estrés es un fenómeno normal del
organismo y que se divide en estrés bueno o eustrés y estrés malo o distrés.
Este puede a su vez, ser agudo o crónico (el crónico es verdaderamente dañino y
es responsable de las enfermedades).
Lo que tratamos de determinar en este artículo es la reacción del
estrés de Jesús frente a las distintas circunstancias que le tocó vivir. El
perfil psicobiológico del estrés de Jesús correspondía al de un reactor físico
calmo, reacción física normal frente a pruebas de estrés simulado y portador de
una personalidad tipo B o personalidad no autoestresora.
Además del perfil psicobiológico favorable, Jesús contó con otros
recursos, que permiten afrontar los estresores en mejores condiciones.
Nombramos los principales: proyecto o misión, silencio, meditación, rezo y
oración, red social, fe, amor, perdón, carácter y escala de valores.
Según las referencias sobre Jesús que tenemos, podemos aceptar con
razonable seguridad, que Jesús contó con estos recursos mentales, que resultan
ser condiciones que aumentan la resistencia frente a las amenazas o estresores.
El distrés de Jesús. Hechos estresantes en su
vida
Sobre el supuesto que Jesús contaba con una resistencia mental y
física alta frente al estrés, es decir, con un perfil psicobiológico de alta
resistencia y, por ende, su condición psicofísica previa era favorable, es
decir un hombre sano.
Jesús vivió a lo largo de su vida numerosas situaciones de
tensión. Su proyecto y misión se encontraba contra los intereses de sectores
influyentes. Fue acechado, amenazado, resistido, incomprendido, censurado y
sometido a trampas de distintos tipos. Sufrió tristezas, angustias y
circunstancias de estremecimiento.
Fue acusado de impostor, malhechor, revolucionario, agitador
social, borracho y comilón, amigo de cobradores de impuestos y pecadores.
Algunos episodios resultaron ser claramente estresantes: la muerte de Juan el
Bautista, su primo; las puestas a prueba por los fariseos, el episodio de
estrés en el día que dio lectura de las Escrituras del profeta Isaías, en la
sinagoga de Nazareth; el episodio de la expulsión de los mercaderes del Templo,
está el estrés agudo y crónico de los hechos descritos como la Pasión de Jesús,
que se extienden desde su detención hasta su muerte. Aceptando que la cena
pascual de Jesús con sus apóstoles, la última cena, se realizó el día martes (y
no el jueves como tradicionalmente creemos y celebramos. Esto, de acuerdo a los
datos que se van develando en estudios científicos bíblicos, realizados al
respecto) y Jesús muere por crucifixión el día viernes a las tres de la tarde,
puede explicarse el inicio de los hechos con una reacción de estrés crónico,
explican el intenso desgaste y agotamiento de energía, etc.
Cronología de la Pasión de Jesús
Martes: por la noche Jesús celebra
la Pascua. Luego va al monte de los Olivos a orar, donde es apresado y llevado
ante el ex sumo Sacerdote Anás (Jn. 18, 12); a la casa de Caifás, sumo
Sacerdote de turno (Jn. 18, 14).
Miércoles: por la mañana, tiene lugar
la primera sesión del Sanedrín (Tribunal supremo de justicia de los judíos, con
71 miembros) que escucha a los testigos (Mc. 14, 53); (Mc. 14, 55-59; Mc. 14,
65). Esa noche, Jesús la pasa en la cárcel de los judíos.
Jueves: por la mañana, delibera por segunda vez el Sanedrín y
condena a muerte a Jesús (Mc 15,1). Inmediatamente es llevado ante Pilato (Lc
23, 1), quien interroga y lo envía a Herodes Antipas, gobernante de la Galilea
(Lc 23, 7; Lc 23,9; Lc 23, 11). Esa noche, Jesús la pasa en la cárcel de los
romanos.
Viernes: por la mañana Pilato recibe
por segunda vez a Jesús (Mt 27, 11-25), Lo hace flagelar, lo corona de espinas,
pronuncia la sentencia, y lo manda a crucificar (Mt 27, 27-31). A las 3 de la
tarde, muere en la cruz.
En este artículo es analizada y compartida las causas médicas que
determinaron la muerte de Jesús en la cruz (una muerte pavorosa, el sudor de
sangre (Lc. 22, 44), con espadas y palos (Mc. 14, 43.46; Mc. 14, 65, sobre una
piel dolorida (Mc. 15, 15-16; Jn. 19, 13; 2 Cor. 11, 24); la corona de
espinas (Mc. 15, 17; Mt. 27, 29; Jn. 19,2; Mt. 27, 30); camino al calvario (500
mts.), la crucifixión (Jn. 20, 25; Lc. 24, 39), la increíble agonía; sangre y
agua del costado (Jn. 19-34) y la relación con el estrés.
El Dr. Rosetti explica en su libro "El estrés de
Jesús"; que Jesús sufrió ya desde su detención un proceso de estrés,
primero agudo, evidenciado por la activación del sistema simpático y liberación
de adrenalina en sangre, y luego se agregaron elementos propios del
estrés crónico, como la liberación de ACTH (adreno-corticotrofina)
hipofisiaria y la elevación de glucocorticoides por parte de
las glándulas suprarrenales. Hay que considerar que Jesús fue sometido en este período a un intenso sufrimiento debido al estrés “psicológico” propio de la detención y enjuiciamiento al que se agregó el “estrés físico” de los castigos y la crucifixión. Jesús muere luego de 6 horas de crucifixión, un viernes a la tarde.
A modo de conclusión
La repercusión espiritual en el afrontamiento de la fibromialgia, dolor crónico y enfermedades afines
Permíteme sugerirte que en la medida en que vayas leyendo el
presente artículo, vayas anotando aquellas frases o citas bíblicas que más
te llamaron la atención, y con estas frases puedas meditar y orar; inclusive
puedes subrayar en tu Biblia las frases que más te impactaron y motivaron.
Relaciona algunos conceptos del Estrés de Jesús con tu vida de
estrés o distrés, en lo personal, familiar, social.
¿Cuál es tu personalidad, tu estilo es más estresora en el
buen sentido (eustrés, estrés bueno) o distresora (dañino, que lleva
a la enfermedad o empeora los síntomas), especialmente respecto a tu fibro,
fatiga, dolor crónico, etc.
Analizar y comprender cuáles son tus fortalezas para afrontar tu
estrés y sobretodo, identificar los agentes estresores para disminuir su
impacto en los síntomas de la patología que padeces.
Realizar una oración de diálogo personal con Jesús como un amigo,
porque Él nos ama y nos comprende, porque él también pasó por todo lo que
pasamos nosotros y más, inclusive; y por sobre todo, conoce de tantos dolores y
en todas sus formas, siendo algunos de ellos, muy similares a los que
atravesamos quienes padecemos dolores crónicos físicos, emocionales y
espirituales como los que experimentamos con la fibro por presentar
características neuropáticas en su forma de doler; y otras enfermedades afines,
porque Él también los padeció en su momento, y en especial en los momentos de
su flagelación, crucifixión y muerte, que luego tuvo como recompensa y
corolario salvífico la resurrección y la vida.
Fuente bibliográfica y de consultas
Este artículo está basado en los libros del Dr. Daniel López
Rosetti y en los de Ariel Alvares Valdés, de cuyos materiales, varios de sus
temas son abordados en el Mver-biopsicosocialespiritual (Método vivencial de
espiritualidad y resiliencia inspirado en la Biblia, para el afrontamiento de
la fibromialgia y dolor crónico), en el presente artículo también aparecen
varias citas bíblicas para iluminar nuestra fe, para que en esta Semana Santa,
podamos hacer un ejercicio espiritual bíblico a la luz de la experiencia de
Jesús, nuestro Salvador que nos infunde esperanza, a renovar nuestra fe en Él y
en su poder sanador, liberador y de renovación espiritual al experimentar en
nuestros corazones su Pascua de Resurrección; el paso de la muerte a la
vida.
Felices Pascuas para todos, y que todos podamos decir “este
es el día en que actuó el Señor, es un día de esperanza, de gozo y alegría,
porque el Señor ha resucitado. "Aleluya. Aleluya"!!!
Que la alegría se apodere de nuestro corazón y se refleje en
nuestros rostros, porque Jesús ha resucitado. "Aleluya.
Aleluya". Shalom para todos!!! Con mi afecto y gratitud de
siempre, Fibromyrian.
Asesoramiento sobre el tema: Lic. Ricardo Masqueda.
OBS. Las
imágenes utilizadas fueron seleccionadas de la web, excepto las que
corresponden a esta página de fibromyrian.